Esta forma de terapia forma un gran parte de la fisioterapia canina. El perro se entrena activamente para ejercer los músculos, esforzar los tendones y los ligamentos y para aumentar el físico cardiovascular.
Posibilidades son paseos con el perro atado a la correa, entrenamiento con cinta eléctrica para correr, nadar y un circuito con obstáculos.
En caso de una restricción de movilidad, ejercicios específicos están diseñados para aumentar el alcance de movimiento en la(s) articulación(es) implicada(s). Por ejemplo, lateroflexión en el dorso puede ser influido con un circuito de slalom ; movilidad en el hombro se puede afectar con cavar.
Es muy importante que el perro recibe estímulo positivo en forma de recompensa y atención y que los ejercicios implican gusto y juego.
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